Hace más de una década, 13 años para ser exacta, que conocí a mi amiga Michelle, ella estaba encargada dentro del área infantil del programa de ecología, fomento a la lectura y educación para la paz en el museo infantil en el que trabajábamos.
Gracias a sus aportaciones y mi convivencia diaria con ella me hizo modificar para bien muchos de mis hábitos de consumo ecológico. Yo era más o menos consciente de algunas cosas pero jamás me había preguntado cual era mi huella de consumo en el planeta, y me horroricé al darme cuenta de la cantidad de productos innecesarios que consumía y que en realidad no necesitaba. Sin saberlo tal vez, ella incidió en mí para aprender más sobre mi impacto en este planeta y la importancia de mi coexistir con todos los seres vivos.
Creo que fue por esa época cuando comencé a ser una «consumidora consciente» en todos los sentidos, buscaba ropa y zapatos elaborados de forma ética y locales de preferencia, mis productos de aseo y cosméticos libres de parabenos, ftalatos, libres de crueldad animal y locales también, mis alimentos adquiridos en el mercado, frescos y de productores locales, los muebles de mi casa de doble uso y restaurados y así en general, todos los aspectos de mi consumo se modificaron, pero seguía comprando indiscriminadamente y descontrolando mi economía.
Años después aprendí gracias al libro «Elogio de la lentitud» de Carl Honoré y al blog Becoming Minimalism de Joshua Becker, y a otros textos (que después compartiré) que vida lenta (slow life) y consciente, así como el minimalismo no eran solo conceptos de cocina, diseño y arquitectura sino que podían aplicarse a un modo de vida «consciente y con intención». Gracias a Joshua Becker comencé a escuchar el podcast de Joshua Fields y Ryan Nicodemus: The minimalists, y a leer autores como Elaine St. James, Matthew Kelly, Leo Babauta, Courtney Carver, Francine Jay, Zoe Kim, Erin Boyle, Cast Flanders, Patrick Rhone, Henry David Thoreau, Marie Kondo, Hilary Rachel, The Frugalwoods y varios autores más de quienes aprendí que sí se puede vivir diferente en esta época.
Gracias a autores como Andrés Panasiuk y Dave Ramsey y blogs como el de Isela Muñoz «El peso nuestro de cada día», o el de Sonia Sánchez «Blog y lana», logré poner en orden mis finanzas y aprendí a invertir en lo realmente valioso. Fue gracias a todas estas fórmulas que hoy por hoy siento mi vida tranquila y serena, viviendo con orden bajo un presupuesto e invirtiendo en lo realmente importante.
Actualmente sin ánimos de adoctrinar ni contar con que mi forma de vivir es la neta del planeta, comparto todo esto para poner al servicio de la comunidad las ideas y recetas (que no son descubrimientos) que a mí me han funcionado, con el único afán de que les sirvan para quienes traen la espinita de modificar sus hábitos de consumo, mejorar su economía familiar y vivir con lo que realmente necesitan, más ligeros y organizados. Así como compartir vivencias, ideas o artículos que les ayuden a vivir más conscientes, también compartiré lo poco que sé sobre crianza, fast fashion y ropa sustentable, minimalismo, vida consciente, orden, sustentabilidad y esencialismo.
¡A compartir y abonar a una vida consciente!
Porque MENOS ES SUFICIENTE.
María Fernanda
SI TIENES TIEMPO ESCUCHA ESTA CANCIÓN: Every Little Thing | Peter Doran