Hola,
Primero te quiero ofrecer una disculpa por no escribir durante casi un año pero entre la última etapa de mi embarazo y los primeros meses de maternidad preferí pausar el ritmo y dedicarme de lleno a recuperarme y a disfrutar de mi pequeña. Sería incongruente escribir a prisa y estresada sobre minimalismo y vida lenta ¿no?
Estos meses los dediqué al puerperio, a amamantar, a besar, acariciar y «embrasilar» a mi bebé y aunque agotadores, han resultado sumamente satisfactorios. Ahora con más organización en el día a día tengo tiempo para sentarme frente a la computadora y seguir alimentando este pequeño espacio con el fin de ofrecerte herramientas que te sean útil en lo cotidiano.
Hago una pausa en mi historia antes iniciada, para reflexionar sobre el Buen Fin que da inicio este proximo viernes 15 de noviembre.
El black friday estadunidense se da un día después del cuarto jueves de noviembre donde los norteamericanos festejan Thanksgiving (Día de acción de gracias). Ese viernes las tiendas abren más temprano y hay precios de locura en todo el país. Las personas salen a gastar lo que tienen y lo que no, muchas veces haciendo uso de tarjetas de crédito:
¡Disfruta ahora y paga después es la encomienda!
Acá en México ha surgido algo similar y para las mismas fechas: “el buen fin”, un fin de semana con ofertas en todas las tiendas físicas y online donde el mexicano hace lo propio, va a adquirir productos a súper precios, ya sea para ir adelantando los regalos navideños (muchas empresas incluso les adelantan el aguinaldo a sus empleados en estos días para aprovechar las promociones), para adquirir mejoras o renovaciones en la casa, equipamiento electrónico más reciente, automóviles y todo lo que sea pagable a precios rebajados, meses sin intereses o regalos adicionales.
Así es como desde noviembre se deja venir el espíritu festivo de diciembre que lamentablemente en la mayoría de las ocasiones, es una efímera felicidad que termina en enero cuando comienza el pago de los artículos adquiridos y se deja venir la terrible cuesta de enero causando desazón, estrés, depresión, ansiedad y en muchas ocasiones problemas de salud mayores. Y no, el buen fin no es el problema o el culpabre, de hecho no es bueno ni malo. Son nuestros hábitos de consumo erróneos el verdadero enemigo, son nuestros hábitos los que nos pueden arrastrar al sufrimiento económico en el que terminamos por falta de planificación, presupuesto y conciencia.
Como minimalista y consumidora conciente desde hace tiempo, te invito a que tomes en cuenta una serie de consejos que minimizarán los efectos de la cuesta de enero, te permitirán disfrutas de las fiestas decembrinas y hacer compras inteligentes en el buen fin.
Lo primero es un ejercicio de reflexión consciente de los puntos que citaré a continuación:
- SOY LO REALMENTE IMPORTANTE. Y si te amas profundamente sabrás que no tienes que darle gusto a nadie más que a ti, no tienes que vestir, ser o parecer lo que dicta la sociedad o tu grupo de amigos. Después de todo, ellos no van a pagar tus mensualidades de la tarjeta o de tu auto el día que tu no puedas hacerlo por haber gastado tu dinero en objetos que solo te hacían ver bien ante los demás. Así que no compres cosas por pertenecer.
- TENGO QUE APRENDER A DISTINGUIR ENTRE NECESIDAD Y DESEO ¿Realmente necesito un nuevo celular porque el mío dejó de funcionar o es solo porque quiero el último modelo donde sí puedo descargar x app que está de moda? Una vez más, haz consciencia de lo que realmente necesitas. Ya deja de creerte el slogan de Lòreal: “porqué tu lo vales”, deja de usarlo como justificación cada que te vas a comprar algo. Cuando eres consciente de que realmente lo vales, no andas tirando el dinero en objetos que solo te proporcionan un placer inmediato y que después se esfuman. Invierte en lo importante.
- NO GASTARÉ LO QUE NO TENGO. Si el comprar algo, aunque este en súper oferta, el día de mañana solo te traerá dolores de cabeza porque se convirtió en números rojos en tu tarjeta de crédito y te comen los intereses, sé realista, no puedes pagarlo y no tienes que comprarlo. El secreto de todos los ricos está en comprar menos de lo que ganan y hacerlo bajo un presupuesto, solo así pueden generar ahorros que les permiten vivir holgados.
- DESPUÉS DE MÍ, QUÉ ES LO REALMENTE IMPORTANTE. Mi familia, mis amigos, mis relaciones. Si me doy cuenta lo realmente importante no son cosas, por lo regular suelen ser los que están a mi alrededor, mi pareja, mis hijos, mi mascota, los cuates. Ellos me aman como soy y yo a ellos por lo que las cosas materiales pasan a segundo termino, ¿realmente quiero comprar cosas para complacerlos? Estoy segura qué lo que realmente les importa eres tú, tu como persona, no lo que les puedas proporcionar económicamente (que sí es importante pero no lo más importante), así que no pierdas de vista eso.
- PAGARÉ UN TERAPEUTA QUE EL CENTRO COMERCIAL NO ESTUDIÓ PSICOLOGÍA. Si tienes tristeza, depresión, ansiedad, estrés, no disfrutas tu trabajo, tienes problemas con la pareja, te peleaste con tus amigos, tus hijos son un caos y necesitas despejarte. Por favor, visita al terapeuta y no al centro comercial. Será mucho más económica una visita al especialista que un montón de objetos nuevos y muchas veces innecesarios que solo te proporcionarán satisfacción inmediata pero no resolverán el problema de raíz. Incluso una caminata a solas para reflexionar o una tarde de café con un amigo de confianza donde te puedas desahogar, serán mil veces de más ayuda que ver como tu tarjeta crece en deudas.
- DEJARÉ DE CREER QUE MI CASA ES UN TABLERO DE PINTEREST Tanta perfección abruma, cansa y resta originalidad a nuestras vidas. No hay nada más placentero que entrar a una casa que se siente como hogar y no como fotografía de revista de arquitectura. Los hogares están para ser vividos, los sofás están hechos para sentarse a disfrutar de una deliciosa charla, la cocina para llenarse de olores y trastos que reflejan una buena comida. No necesitas decorar y redecorar como lo dicta la moda. Haz que tu hogar sea una extensión de ti, una expresión de tu vida.
- TAMPOCO MI VIDA ES UNA FOTO DE INSTAGRAM. No la reduzcas a eso. Vestir es necesario e importante, es una manera más de decirle a los demás quien eres pero aunque la moda y las tendencias son divertidas s aún más divertido ver dinero en tu cuenta de ahorro y una tarjeta de crédito con historial impecable. El fast fashion lo único que ha traído al mundo es: contaminación, explotación laboral, consumidores molestos (porque su camisa solo les duro decente tres meses por la mala calidad de las telas) y una desconexión entre lo que nos gusta realmente y lo que los demás dicen que nos tiene que gustar. Piensa cuantas veces has comprado unos zapatos a 18 meses sin intereses que te duraron 14 meses decentes. O mejor aun, piensa en Steve Jobs, o Marck Zuckerberg, los hombres más ricos del mundo vestidos siempre igual, con camisetas y jeans que los vuelven característicos y originales. Un tip: busca en internet como armar un “armario cápsula” y el proyecto 333.
- COMPRARÉ SOLO COSAS ELABORADAS CON LOS MÁS ALTOS ESTÁNDARES DE CALIDAD. Se trata de comprar pensando y sabiendo que lo adquirido me durará mucho tiempo y no tendré que remplazarlo en una temporada o poco tiempo.
- LO QUE COMPRÉ REALMENTE SERÁ SIGNIFICATIVO PARA MÍ. ¿Será algo que le aportará a mi existencia, me facilitará la vida, será de bajo mantenimiento y en realidad serán más las cosas positivas que negativas que de él recibiré? Contesta con cabeza fría y mente abierta),
Las reflexiones anteriores no tienen el fin de satanizar el consumo, solo son una invitación a consumir de forma inteligente de tal manera que sea un ganar-ganar entre lo que compremos y nuestros bolsillos.
Así que este buen fin:
Dibuja algo
Cose algo
Cocina algo
Canta algo
Construye algo
Lee algo
Juega algo
Haz algo
COMPRA NADA 😊
Y si compras algo, que sea porque lo necesitas, porque es útil, porque durará, porque es esencial y te abonará a tener una vida con intención y propósito.
Así que… porque menos es suficiente, nos leemos en unos días.
María Fernanda
¡Que bello! Lo leeo justo en el momento para priorizar mis decisiones, justo me dirijo a ver que es un armario cápsula, un abrazo 🙂
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¡Gracias Lu! Un armario cápsula te ayudará a focalizarte en las cosas que le dan sentido e intención a tu existencia para que no pierdas el tiempo en preguntas como ¿y hoy qué me pongo? 😉
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